adj.
1) Se dice del individuo de un antiguo pueblo de México, que ocupaba este territorio en la época de su descubrimiento y conquista por los españoles. Se utiliza también como sustantivo.
2) Perteneciente a este pueblo.
3) Lengua de esta raza.
4) Historia. Los aztecas o mexicas eran un pueblo de cazadores nómadas que llegaron del N., de la familia de los "nahuatles". En 1325 fundaron su capital, Tenochtitlán, en un islote del lago Texcoco y comenzaron a constituirse como el estado imperial que conquistaron los españoles al mando de Hernán Cortés. Se supone que llegaron de un país situado al N. del golfo de California, las siete tribus que formaban la nación de los "nauas" o "nauatles", cruzando el río Colorado. Según la tradición, venían siguiendo los aztecas a un colibrí que continuamente decía "partamos", y acaudillados por el sacerdote Tenoch, esperando aposentarse en lugar donde verían un águila posada sobre un nopal con una serpiente apresada en sus garras. Fueron los aztecas aumentando su poderío y riqueza. Esto dio lugar a que surgiera entre ellos y el pueblo autóctono de los "tepaneca" una rivalidad que degeneró en sangrienta lucha, en la que los segundos fueron derrotados. Gracias a este suceso, que tuvo lugar en 1430, los aztecas iniciaron un período de poder y grandeza, encabezados por Moctezuma llamado el viejo, elegido en 1440 y en cuyo reinado se convirtieron en terribles conquistadores. En pocos años extendió Moctezuma sus dominios fundando un imperio poderosísimo. Murió en 1469, después de veintinueve años de próspero reinado, para sucederle Azaycatl, conquistador de Tehuantepec, que murió en 1481, después de engrandecer su imperio. Siguen su hermano Tizoc y su otro hermano Ahuitztl, que se pasó la vida guerreando, llevando sus conquistas hasta Guatemala. Murió en 1502 para sucederle en el mismo año Moctezuma II, sobrino del anterior. Este acabó la vida en 1520, cuando ya estaban los españoles dentro de la capital de México, sucediéndole, no obstante, su hermano Cuitlahuac, y a éste el joven Cuahutemoc en 1521, para morir en 1525 como último rey azteca. El gobierno de los aztecas, de teocrático en un principio, pasó a ser monárquico y hereditario. A la muerte del rey, le sucedía su hermano; en defecto de éste, uno de sus sobrinos, y en caso de no haberle, uno de sus primos. La elección recaía en el designando por los votos de toda la nación representados por cuatro electores pertenecientes a las primeras familias del Estado. El rey tenía tres consejos supremos formados por sacerdotes y miembros de la nobleza, dividida ésta en muchas clases, siendo los títulos en su mayor parte hereditarios. Bajo el reinado de Moctezuma II, el gobierno degeneró en odioso despotismo. Los aztecas ponían bastante cuidado en la educación de la juventud. Todos los niños, aun los hijos de los reyes, eran amamantados por sus madres. En las escuelas había una completa separación de sexos. Entre los parientes de primer grado estaba prohibido el matrimonio. Usaban la pintura corporal, cuyos motivos estaban fijados según la categoría de las persona. Todas las categorías sociales se distinguían por los adornos de sus trajes. Los hijos de los pobres seguían, por lo común, el oficio o profesión de los padres, y los de los reyes y principales señores se mandaban a los templos donde estaban establecidos los colegios, a fin de, al salir de allí confiarles la administración de una pequeña ciudad para que aprendiesen el arte de gobernar. La escritura azteca no pasó de la etapa de pictográfica. El carácter de su escritura es el llamado iconomático, o sea jeroglífico, con la interpretación convencional de las figuras que recuerdan la mitología del Egipto antiguo. Dividían el año que empezaba el día primero del mes "toxcatl", en 18 meses de a 20 días. Cada semana añal comprendía 13 años, constituyendo las cuatro el siglo del 52 años. El arte principal de los aztecas fue, sin duda, la arquitectura, que se presenta con un carácter verdaderamente propio. Como principales monumentos arquitectónicos merecen mencionarse los templos "teocatl", en forma de pirámides, con el templo propiamente dicho en lo alto. Hallábanse también los aztecas muy adelantados en algunas artes e industrias, puesto que trabajaban el cobre, el cinc, la plata y el oro, a martillo y por fusión. Taladraban perlas, engarzaban y labraban la esmeralda, turquesas y otras piedras preciosas. Eran diestros en la talla de maderas y conocían la cerámica, fabricando cualquier suerte de barro pintado y vidriado con riquísimo colorido rojo, azul y blanco, y sorprendentes motivos decorativos. Fueron excelentes tejedores, fabricando preciosas telas de algodón, de pita, de fibras de palmera, de pelo de conejo o liebre, y de plomas, con las que hacían preciadas mantas. En lo relativo a escultura, no cabe duda que fueron eminentes escultores, así en piedra como en otras materias. Los ídolos eran generalmente muy grandes, y algunos de ellos cubiertos de nácar, con piedras preciosas y placas de oro engastadas con una pasta especial. Labraban bajos relieves representando figuras humanas, plantas, animales, flores, etc. En cuanto a la pintura, estaba subordinada a la escultura. La agricultura fue la base de la economía azteca, dedicándose a ella todos los individuos en tiempo de paz, a excepción de las clases altas, los sacerdotes y funcionarios públicos. Construyeron muy notables canales de riego. Por desconocer el arado, empleaban para cultivar la tierra el "coatl", palo aguzado y endurecido al fuego. En cuanto a comercio, se hacían las transacciones en ferias y mercados, empleando vasijas para las medidas de capacidad. Desconocían el peso y la moneda, haciéndose la compra y venta en especies. En algunos casos, las almendras de cacao substituían la moneda. La religión de los aztecas como la de todo el Anáhuac, era esencialmente politeísta. Sus dioses y deidades eran numerosísimos, siendo el dios Huitzilopochtli el nacional de los aztecas, divinidad de la guerra, ávido de matanzas y sacrificios humanos. "Tlaloc" era el primer representante celeste que regentaba las nubes, la lluvia, los vientes, los relámpagos y los truenos. El culto a la diosa "Tonatzin" (la Tierra) era formidable. "Tonatiuh" (el Sol) era saludado cada día, así que amanecía, con música y humo de incienso. A su lado se halla a "Metzli" (la Luna), cuya devoción estaba muy extendida entre las clases populares. Cuando morían los señores nobles se quemaban sus cadáveres, y, quemados, los sepultaban. Los guerreros muertos en un combate eran conducidos a los dominios del Sol, donde gozaban de todos los placeres de la mesa y de la caza. La igualdad primitiva fue substituida, una vez constituido el Imperio, por las siguientes clases sociales: Realeza, sacerdocio, nobleza, comerciantes, pueblo y esclavos. El territorio estaba repartido entre la corona "Tecpuntlalli", dependiendo las tierras inmediatamente del rey; la nobleza, llamada "Pillai", transmitida de padres a hijos, o como recompensa concedida por los reyes; las comunidades, "Calpuli", y los templos. En la división de las herencias se tenía en cuenta el derecho de mayor edad, pero el padre tenía potestad para elegir a otro hijo como heredero si consideraba incapaz de administrar al hijo mayor. El esclavo carecía de todo derecho social y estaba bajo el dominio absoluto de aquel a quien le fue entregado o vendido. Actualmente habitan los aztecas en número muy respetable en los Estados de Veracruz, Puebla, Tlaxcala, México (distrito federal), Chilpacingo (Estado de Guerrero) y Acapulco (en la costa del Pacífico). También existen algunos en Nicaragua y en Guatemala.